La Cumbre del G8-G20 en Toronto
Las 72 horas más caras en la historia de Canadá”. Así se empieza a conocer con tremenda ironía presupuestaria la cumbre del G8-G20 en Toronto. Y no precisamente por todo lo que está en juego para la economía global sino más bien por la desproporcionada factura que va a suponer para el gobierno de Ottawa el privilegio de reunir, agasajar y pastorear a todos los líderes de los países que representan un 85 por ciento de la economía mundial.
El presupuesto sin comparación solicitado por el primer ministro Stephen Harper se eleva a un total de 1.240 dólares canadienses, que en estos momentos se encuentra en casi paridad exacta con el dólar de Estados Unidos. De todo ese dinero, la parte del león está dedicada a gastos de seguridad en anticipación de protestas como las ocurridas durante la Cumbre de las Américas celebrada en el 2001 en la ciudad de Quebec.
Por supuesto, a diversos grupos de activistas como Oxfam les ha faltado tiempo para calcular todo lo que se podría hacer con ese presupuesto equivalente a unos mil millones de euros, o unos 3.200 euros por segundo de cumbre:
.- Ayudas para países del Tercer Mundo que podrían evitar la muerte de más de 48.000 madres y 840.000 lactantes.
.- Facilitar el acceso a fuentes de agua potable para 50 millones de personas en países subdesarrollados.
.- Escolarizar en el Congo a ocho millones de niñas durante cinco años.
.- Subsidios de planificación familiar que evitarían diez millones de abortos y 25 millones de embarazos no deseados.
La factura de la cumbre de Canadá también permitiría adquirir cuatro monumentales Airbus A380 Superjumbo, 11.000 lujosos Porsche Carrera 911 y hasta financiar cinco “súper-producciones“ de Hollywood. O también, como sugería un taxista inmigrante de Toronto, con todo ese dinero se podrían comprar su propia isla en el Caribe para hacer todas las reuniones que quisieran sin molestar a nadie.
De acuerdo al desglose ofrecido por el gobierno canadiense, la cumbre de los mil millones de euros se reparte de esta forma:
.- 725 millones de euros para seguridad, incluidos 395 millones de euros para el despliegue realizado por la Policía Montada de Canadá.
.- 39 millones de euros para infraestructura.
.- 61 millones de euros para la cita del G-8 en la pastoril zona de Muskoka.
.- 78 millones de euros para la cita del G-20 en Toronto.
.- Y no hay que olvidarse tampoco de la playita artificial de un veraniego lago construida en el centro de Prensa con fines de promoción turística.
Fuente: ABC.es
que buena la cuenta, ahora imginemosla, comprando las materias primas de CANADA
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