La Cumbre del G8-G20 en Toronto
Las 72 horas más caras en la historia de Canadá”. Así se empieza a conocer con tremenda ironía presupuestaria la cumbre del G8-G20 en Toronto. Y no precisamente por todo lo que está en juego para la economía global sino más bien por la desproporcionada factura que va a suponer para el gobierno de Ottawa el privilegio de reunir, agasajar y pastorear a todos los líderes de los países que representan un 85 por ciento de la economía mundial. El presupuesto sin comparación solicitado por el primer ministro Stephen Harper se eleva a un total de 1.240 dólares canadienses, que en estos momentos se encuentra en casi paridad exacta con el dólar de Estados Unidos. De todo ese dinero, la parte del león está dedicada a gastos de seguridad en anticipación de protestas como las ocurridas durante la Cumbre de las Américas celebrada en el 2001 en la ciudad de Quebec. Por supuesto, a diversos grupos de activistas como Oxfam les ha faltado tiempo para calcular todo lo que se podría hacer con ese p...